lunes, 30 de abril de 2012

El relato del niño

Esta es la adaptación que hicimos de El relato del niño de Charles Dickens y que  el pasado viernes la pusieron en escena los alumnos de 3º y 4º con unas marionetas de papel. Fue un día genial y todos los cursos aportaron variados trabajos. A ver si pronto hay fotos.

*Aquí el relato de Dickens original.

El Relato del NiñoCharles Dickens (adaptación)

Una vez hace muchos años hubo un caminante que partió para un largo viaje. Era un viaje mágico que parecía muy largo al principio pero muy corto cuando llegó a la mitad de la ruta.
Anduvo por un sendero oscuro durante poco tiempo sin ver a nadie hasta que se encontró frente a un chiquillo hermoso. Entonces le preguntó: “¿Qué haces aquí?” El niño contestó: “Juego siempre ¡Ven y juega conmigo!" Jugaron durante todo el día muy alegres. Todo les pareció muy bonito: el cielo, las nubes, el canto de los pájaros, las mariposas. También les gustaba jugar cuando llovía, cuando hacía viento, y sobre todo cuando nevaba. Tenía muchos juguetes y libros de aventuras con personajes fantásticos.
Un día el viajero perdió de vista al niño. Lo llamó muchas veces pero no lo encontró. Entonces el viajero siguió su camino.
Viajó un espacio breve sin encontrar a nadie hasta que se encontró un niño al que preguntó: “¿Qué haces aquí?” Y el niño contestó: “Estudio continuamente, ven y aprende conmigo”. Entones el viajero aprendió un montón de cosas sobre planetas, griegos y romanos y muchas más cosas, que fue olvidando. Pero también practicaban numerosos juegos: patinaban, montaban a caballo, jugaban a juegos la pelota. Tenían vacaciones, asistían a fiestas donde bailaban, tenían muchos amigos jóvenes como el niño… pero un día el viajero perdió de vista al chico y después de  llamarlo un buen rato siguió su viaje.
Caminó un trecho corto hasta que divisó a un joven a quien preguntó: “¿Qué haces aquí?” Y el joven respondió: “Vivo eternamente enamorado. Ven y ama conmigo”. El viajero siguió al joven y de inmediato se encontraron de frente con la chica  más  hermosa jamás vista. El joven se enamoró al instante. El joven y la chica hablaban, hacían bromas, discutían, hacían las paces, se escribían cartas… Nunca eran felices estando separados. El joven un día sentados junto al fuego le propuso a la chica: “Quieres casarte conmigo” “Si” respondió ella. Así quedaron prometidos.
El viajero un día perdió a ambos de vista como ocurrió con el resto de sus amigos y después de llamarlos sin tener éxito continúo su camino. Recorrió una parte corta de su camino sin ver a nadie hasta que se encontró con un hombre de edad mediana al que preguntó: “¿Qué haces aquí?” A lo que respondió: “Estoy siempre ocupado ven y trabaja conmigo”. Así empezó a ayudar al caballero y juntos fueron hacia el bosque. Emplearon mucho tiempo en cruzarlo y el paisaje cambió al paso de las estaciones. El caballero no estaba solo sino acompañado por una dama, su esposa, e hijos que ellos tenían.
Avanzaron juntos por el bosque cortando árboles, trazando el sendero, llevando cargas y trabajando duro y escucharon una voz que decía “¡Padre padre soy un nuevo hijo! ¡Detente y llévame contigo! Daban la bienvenida al hijo todos se agrupaban alrededor besándole y abrazándole y juntos proseguían el camino.
En el transcurrir del camino algún hijo decía “Padre me voy al mar” y otro decía “Padre me voy a la India, padre iré a buscar fortuna” y el último decía “Padre me voy al cielo”. Entonces con muchas lágrimas se despedía. Se fueron y continuaron solos mientras cada hijo seguía su camino. El que se fue al cielo se elevó en el aire y desapareció.
El caminante observó que el cabello del hombre de mediana edad se volvía gris. Al final no quedó ningún hijo, solo el caminante el hombre y la dama continuaron el camino. Las estaciones seguían pasando en el bosque. Un día la dama se detuvo y dijo “Esposo mío, siento que me  llaman” Escucharon un voz que en lo alto decía:  "¡Madre madre!" Era la voz del primer hijo y la madre dijo: “Me voy al cielo” El padre suplicó: “Todavía no, te lo ruego! ¡Espera un poco más! La madre con su cabello blanco y con lágrimas en los ojos besando a su marido dijo: “Mi adorado, me llaman y debo irme". Los dos quedaron solos y continuaron juntos  hasta llegar casi hasta el final del bosque. Entonces, una vez más,  mientras se abría camino entre las ramas, el viajero perdió de vista a su a migo. Llamó y llamó pero no tuvo respuesta.
Cuando salió del bosque  y vio el sol ocultándose en el horizonte, divisó a u anciano y le preguntó: “¿Qué haces aquí?” Y el anciano contestó con una amplia sonrisa. "Estoy siempre recordando. Ven y recuerda conmigo". El caminante se sentó al lado del anciano, y recordó, y todos los amigos volvieron en silencio y permanecieron a su alrededor. El chiquillo hermoso, el niño, el joven enamorado, el padre, la madre, los hijos, todos estaban allí.
Entonces el viajero los amó a todos y fue cariñoso e indulgente con ellos; siempre les complacía los contemplaba mientras era honrado y amado.

domingo, 29 de abril de 2012

EL ESCONDITE17: comida -SOLUCIÓN

Pues efectivamente varias habéis sido las que tenían razón al decir que eran unas...

PATATAS FRITAS

jueves, 26 de abril de 2012

lunes, 23 de abril de 2012

viernes, 20 de abril de 2012

2 redacciones de Semana Santa

Hoy miércoles he ido al castillo de Loarre. Me ha encantado sobretodo una habitación redonda que servía para rezar o cantar y tenía un efecto que era cuando alguien hablaba era como si estuviera hablando por un micrófono. Luego subimos a la iglesia, tenía un gran cúpula. Más tarde fuimos a las habitaciones de los monjes, estaban deshechas porque estaba construídas de madera. Por la noche ahí solí hacer menos doce grados y los monjes para protegerse del frío no se duchaban porque la suciedad era como una capa protectora. Luego subimos y nos encontramos con el cuarto de armas. Estaba todo reconstruído, menos las paredes que estaban con agujeros ¡Ha sido muy divertido!
 Alba

El domingo estuve con Rober jugando, cuando me fui a casa a comer a mi padre le pregunté  si podría llevarme a Senz, y me dijo que no podría llevarme por la tarde. Fui a llamar a Rober y nos fuimos  con Joaquín a una cabaña que tenemos en la urbanización. Luego bajamos a coger la merienda y luego bajamos al barranco San Miguel a hacer presas y tirar piedras al agua. Al día siguiente por la mañana hice lo que me quedaba de deberes menos la redacción. Luego me fui a comer a San Blascut, después subimos a las cascadas de seis metros de altura por el barranco hasta el mirador de Collabardina. Tras esto bajamos por el camino hasta San Blascut. Yo subí tres veces la cascada.
Raúl

domingo, 1 de abril de 2012